viernes, 12 de junio de 2009

EL CEMENTERIO INGLÉS

He pasado muchas veces delante del Cementerio Inglés de Málaga, y había oído hablar de sus accidentados orígenes, pero hasta el martes último no había entrado a visitarlo. El motivo de mi entrada en ese empinado jardín, construído sobre una colina de la antigua carretera a Vélez, era homenajear a mi querido amigo el poeta Miguel Ángel Molinero, que está enterrado allí, acompañado de los "herejes" protestantes y del maestro Jorge Guillén. Fué emocionante subir por sus sombreados caminos hasta la lápida que recuerda al amigo. Tantas horas, tantos días, tantos años compartidos de conversación, de disfrutar de su inteligencia y sabiduría, se concentraron de pronto en ese instante soleado, en el que los árboles y las flores hablaban de la vida, de la vida que sigue pese a la perplejidad inane de la piedra.
Los años nos van dejando solos. Los amigos que se nos anticipan en ese viaje y nos dejan. Unos más próximos que otros, se acumulan sin piedad. A Miguel Ángel Molinero lo evocaron sus amigos el día anterior con un acto organizado por la Fundación Generación del 27, en el que estaban sus hermanos, su viuda Soledad Orozco, y algunos de los que compartieron con él sus estancias en Málaga. La fundación será además la que edite pronto su obra poética completa, un libro al que habrá que recurrir para conocer mejor nuestra generación, tan variada y compleja.
Ojalá pueda volver alguna otra vez a este recoleto jardín de los ingléses, y dejar sobre su lápida otra pequeña piedra que lo recuerde.

1 comentario:

  1. Que bonito y sentido recordatorio.
    Miguel Angel era como un tío para mi.
    Besos

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